Calma deseada

30 de diciembre 2019. 6.30 am. Ubud.
Calma deseada.

Hemos quedado a las 7 AM para desayunar con todas las maletas preparadas, a las 8 nos pasan a buscar para ir a coger el barco hacia Gili Trawangan.

Se despierta el día súper soleado, y nos reunimos en la terraza del restaurante para desayunar. Aprovecho para felicitar a mi hermano Fabián que es su 39 cumpleaños, y las niñas grabamos un vídeo a Iris para felicitarla por su cumpleaños también.
Terminamos de desayunar y jugamos un rato con el dron de Jesús.



A las 8.00 AM un par de furgos nos recogen para llevarnos a Padangbai y coger el barco que nos llevará a Gili T.
El calor que hace hoy es realmente poco soportable, te caen gotas de sudor constantemente y notas como los rayos de sol penetran la piel.

Mientras esperamos para subir al barco (zarpa a las 10.30 AM) unos cuantos aprovechan para irse remojando en una ducha que hay ahí expresamente para esto y algunos vamos a cambiar dinero para tener cash en la isla.

Hay mucha gente intentando subir al barco, no se que clase de VIP somos, pero nos saltamos toda la cola y nos vamos al principio. Menos mal, porque de este modo hemos podido conseguir sitio en el barco bastante top. Hemos cogido el fast boat, así que en una hora y media aprox. llegamos a Gili Trawangan, que es la primera parada.

Al noroeste de Lombok, Gili T es la más grande de las 3 islas (Gili Meno, Gili Air), el tráfico motorizado está prohibido y los medios más comunes para moverse son a pie, los carros de caballos “Cidomos” y las bicicletas (aunque hay alguna que otra moto eléctrica). Las islas también están caracterizadas por su abundante vida marítima y por ello se practica mucho buceo.
En 2018 hubo un terremoto en Lombok y sigue habiendo mucho escombro en las islas como consecuencia. 

Al llegar a la isla, andamos un poco y alquilamos un Cidomo para que nos lleve las maletas hasta el hotel y a Sonia con su pie lesionado, Gemma la acompaña.
El resto vamos andando hasta la Villa. La isla es tal cual, todo bicicletas, caballos y calles de camino. Hace mucho mucho calor, y este kilómetro y medio hasta llegar se hace interminable. 


Al llegar la Villa todavía no está disponible y nos quedamos una horita esperando tomando una Bintang para refrescarnos mientras Enric y Genís se ponen a jugar una partidilla de tenis.
Nos dan las llaves y, guau, vaya pedazo de villa hemos cogido. Piscina bastante grande, 5 habitaciones, 4 baños y cocina comedor abierto todo rodeado por palmeras y demás árboles. Nos vendrá bien estar en un sitio así unos días para poder estar tranquilos y a gusto.
Descargamos las cosas y tardamos nada en estar todos metidos en la piscina para intentar sobrevivir.

Pedimos en uno de los restaurantes de enfrente que nos traigan algo de comida para picar, descansamos un poco y a las 6 nos acercamos a la playa para ver el sol caer. 
Nos hemos visto izado todos con gorros de papá Noel para ir iguales.

Los colores rojizos tiñen el cielo, los diversos columpios decoran la orilla y aprovechamos para tomarnos una foto con esa calma deseada y ese cielo que nos rodea.




Enric y yo queremos aprovechar la isla para hacer buceo ya que tenemos la certificación Open Water, así que queremos ir a preguntar para mañana en alguna de las escuelas que hay de Diving. Joan, Jesús y Genís no han buceado nunca pero nos acompañan por si les interesa hacer un bautismo.
Llegamos a BigBubble y Julien, el argentino que nos atiende, nos informa de las opciones que tenemos. Hace dos años que no buceo, así que decido hacer un “refresh”, sobretodo para repasar las medidas de seguridad y sentirme más segura. 

Jesús decide no hacerlo, Joan y Genís harán un bautismo, y yo decido hacer un refresh el cual tengo que rellenar un mini examen con preguntas y luego en la piscina con estos me harán unas pruebas específicas. Enric simplemente coge guía porque la última vez que buceó fue este verano.
Con todo esto, hemos quedado a las 9.30 AM mañana para hacer las pruebas en piscina y a las 11.30 AM para hacer la inmersión en el mar. No se me ocurre mejor plan para cerrar el año un 31 de diciembre.
 
Al despedirnos de Julien nos recomienda ir a cenar al Night Market, un mercado local lleno de paraditas de comida que te cocinan delante tuyo.
Nos acercamos y cada uno se dispersa en función de lo que quiere comer. Yo no tengo realmente mucha hambre, así que me cojo un zumo de fruta natural y listo (me estoy volviendo adicta). 
En el mercado hay muchísimo humo y olor a comida (puede ser un poco agobiante) pero te acabas acostumbrando.



Al terminar de cenar, paseamos por el paseo y vamos viendo restaurantes para ver donde podemos reservar mañana noche. Llegamos a “Asasak” un restaurante moderno que tiene muy buena pinta, forma parte del “Marc Hotel”, sitio que estuvimos mirando en su momento para alojarnos.
La chica de la puerta con mucho desparpajo nos explica las opciones que tiene, nos enseña el restaurante y nos explica la fiesta que montarán después. Nos da buen feeling y nos termina convenciendo, así que reservamos para quedarnos tranquilos y saber que tenemos sitio donde cenar mañana. 

Seguimos paseando, sin querer hemos andado la mitad de la isla y se hecho muy oscuro.
De camino a casa decidimos innovar e ir por “callejuelas” que no es que nos transmitan mucha tranquilidad, nos encontramos realmente en la Gili profunda.

Llegamos a casa, me preparo la bolsa para el Dive de mañana y nos vamos a dormir. ¡Qué ganas!

#balixmas

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